América Latina: la logística modal ferroviaria y su importancia

Los modos de transporte ferroviario han sido clave para el desarrollo económico y social de América Latina desde el siglo XIX.

Aunque no son como los de Europa, donde hay una conexión de 620 kilómetros entre Madrid y Barcelona, España, por ejemplo, son responsables de crear muchas oportunidades de comercio e integración regional.

Por lo tanto, conocer cómo es la relación entre el transporte ferroviario en América Latina es fundamental, especialmente para los actores de la logística, en términos de costos y beneficios de implementación.

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El transporte ferroviario en América Latina comenzó a ganar protagonismo en el siglo XIX, durante la era de la industrialización.

Argentina, Brasil y México fueron los países pioneros en la construcción de sus líneas ferroviarias, financiadas -en gran parte- por los británicos. Esto se debe a que estos fueron prominentes en ese momento debido a la Revolución Industrial.

Esos ferrocarriles, que estaban destinados a facilitar la exportación de productos agrícolas y minerales para conectar zonas con puertos marítimos, eran responsables de integrar los mercados internos y externos, lo que repercutía en el crecimiento de las economías nacionales.

Además, también promovieron la urbanización y el desarrollo de nuevas ciudades a lo largo de sus rutas.

Ahora, a mediados de 2024, Chile ha inaugurado el tren más rápido de toda Sudamérica. Es capaz de alcanzar los 160 kilómetros por hora al conectar Santiago, la capital del país, con la ciudad de Curicó.

Los costos de la construcción ferroviaria incluyen la adquisición de terrenos, la construcción de infraestructura (como vías, puentes y túneles), la compra de material rodante (locomotoras y vagones) y la implementación de sistemas de señalización y seguridad.

Estas inversiones tienden a ser elevadas, especialmente en regiones con topografía desafiante, como la Cordillera de los Andes.

Por otro lado, los modos de transporte ferroviario pueden reducir los costes logísticos, en especial en relación con grandes volúmenes de carga a largas distancias.

Esto se debe a que las posibilidades de accidentes son menores y aún existe la posibilidad de planificar rutas, ya que es posible llegar a un mismo lugar por diferentes caminos.

Uno de los principales beneficios del transporte ferroviario es su eficiencia energética y sostenibilidad.

Al fin y al cabo, en comparación con el transporte por carretera, los trenes consumen menos combustible por tonelada de carga transportada, lo que se traduce en menos emisiones de gases de efecto invernadero.

Otra ventaja es la reducción de la congestión en las carreteras. Como las carreteras se salvan, sus costos de mantenimiento también serán menores.

Los modos ferroviarios representan una gran oportunidad para mejorar la conectividad entre los países latinoamericanos. De esta forma también se transforma la infraestructura de transporte de la región.

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